Introducción
A escala global, el ser humano sigue poniendo en peligro su vida debido a la forma en que se generan sus relaciones con el medio ambiente. La sociedad es un mundo de grandes injusticias y desigualdades en donde la riqueza y lujo (de unos pocos) se convive en un mismo planeta con la pobreza y miseria más terrible (de la mayoría), el capitalismo desmedido, el consumismo y producción, y el crecimiento abismal de la población humana ponen en una situación realmente peligrosa o dañina al planeta, siendo esta degrada.
Los problemas ambientales se pueden observar tanto en el nivel nacional como en el internacional, sin que estos puedan ser resueltos, debido a que los intereses de pocos, están primero a las necesidades de todos. Además, éstos se hacer notar de manera trascendente y general, como, por ejemplo: el deterioro de la capa de ozono, el efecto de invernadero, el cambio climático, sin que sea tangible el problema para la población y sin la debida participación activa y decisiva de la comunidad ante sus problemas.
Por eso, las formas de vivir, pensar, producir, valorar, utilizar, contaminar son el reflejo histórico de un determinado nivel de desarrollo socio-histórico, con dinámica propia, el cual es aprendido, compartido, transmitido socio-culturalmente, según las necesidades e intereses del ser humano abarca todas las acciones humanas: modos de pensar, sistemas de valores y símbolos, costumbres, religión, instituciones, organizaciones, economía, comercio e intercambio, producción, educación, legislación, entre muchos otros aspectos de la acción humana, por ende, de la creación de cultura [1, с. 11].
Consideremos entonces que el actual modelo de desarrollo dominante da prioridad a una economía insustentable e injusta socialmente, que nos lleva a una crisis de vida en la ecoesfera. El deterioro socio-ambiental debe replantear la vinculación de la sociedad con su entorno natural, mediante un desarrollo sustentable, y reconocer la existencia de límites al desarrollo social, al crecimiento económico (productivo) y a la explotación (abuso) de los ecosistemas, dado el estado actual de la tecnología, la organización social y la capacidad de la biosfera para absorber los efectos de las actividades humanas[2, с. 98].
En los últimos años los países denominados desarrollados y subdesarrollados han emprendido en la investigación y la participación sobre temas de Educación Ambiental como estrategia de motivación dirigida a la promulgación educativa de una forma de vida común basado en el cambio de comportamientos habituales y en la instauración de una actitud de acuerdo con la realidad. La Educación Ambiental es una disciplina que aspira educar a la población en general acerca del peligro que presenta el uso irresponsable de los recursos naturales y del medio ambiente. Teniendo en cuenta esto se pretende implicar todos los ámbitos necesarios y a la persona en función de su condición personal-social.
El aporte que ofrecen las diferentes estrategias de Educación ambiental no formal están orientadas a la formación de conciencia y cultura para la conservación, enfocada en fortalecer esta conciencia desde las familias, vecinos y en toda la comunidad, con el propósito de mejorar la calidad de vida.
De esta manera como respuesta a diferentes problemáticas ambientales a nivel rural, durante los últimos años se han desarrollado diferentes proyectos en Latinoamérica, enfocados en la importancia de la Educación Ambiental no Formal en comunidades de áreas rurales, con diferentes estrategias de acuerdo a sus necesidades, pero con un mismo enfoque, el de fomentar habilidades, destrezas y actitudes que promuevan una formación integral en cada uno de los integrantes de los proyectos, de tal manera que les permita actuar activamente en la protección, conservación, preservación, mejoramiento y defensa del medio ambiente. En este caso, la educación no formal juega un papel protagónico, pues es capaz de aportar las herramientas pedagógicas necesarias para la preparación de grupos sociales específicos, como es el caso de una población campesina necesitada de una educación ambiental [3, с. 281].
En la Reunión Internacional de trabajo sobre Educación Ambiental en los planes escolares, la comisión de educación la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales (UICN, 1970) emitió la siguiente definición de Educación Ambienta, en la que indicó:
“La Educación Ambiental es un proceso que consiste en reconocer valores y aclarar conceptos con objeto de fomentar las aptitudes y las actitudes necesarias para comprender y apreciar las interrelaciones entre el hombre, su cultura y su medio biofísico. La Educación Ambiental entraña también la práctica en la toma de decisiones y en la propia elaboración de un código de comportamiento con respecto a las cuestiones relacionadas con la calidad del medio ambiente” [4, с. 89].
En la Conferencia Intergubernamental de Tbilisi, en octubre de 1977, allí lo que hace es dar al concepto de Educación Ambiental una visión educativa más abierta a las necesidades de cada momento, acercando a las personas a una concepción global del medio natural, para adoptar una posición crítica y participativa a favor de la calidad de vida. En la que señala: “La Educación Ambiental correctamente entendida, debería constituir una educación comprensiva a lo largo de toda la vida. Debería ser capaz de adaptarse a un mundo en constante y veloz cambio. Debería preparar a los individuos para la vida, mediante la comprensión de los principales problemas del mundo contemporáneo y proveer de aptitudes y atributos necesarios para jugar un rol proactivo para mejorar la calidad de vida y proteger el medio ambiente en un entorno de valores éticos“[4, с. 6].
La Conferencia Intergubernamental sobre Educación Ambiental, organizada por la UNESCO en cooperación con el PNUMA, celebrada en la ciudad de Tbilisi (1977), expresó que “en los últimos años, el hombre, utilizando el poder de transformar el medio ambiente, ha modificado aceleradamente el equilibrio de la naturaleza”. Así mismo, la declaración de la Naciones Unidas en la Conferencia sobre el Medio Humano, celebrada en 1972 en Estocolmo, estableció que la defensa y la mejora del medio ambiente para las generaciones presentes y futuras constituyen un objeto de desarrollo urgente de la humanidad, donde la Educación debe desempeñar una función capital con miras a crear la conciencia y la mejor comprensión de los problemas que afectan al ambiente [5, с. 100].
La Educación Ambiental debe llegar a personas de todas las edades, a todos los niveles y tanto a nivel Formal y como no formal, teniendo como propósito preparar a cada persona para conocer y comprender los principales problemas del mundo actual, ofreciéndoles los conocimientos teóricos y vivencias propias de su mundo de vida, la cual es indispensable para tenga una función generadora de cambios con el propósito de mejorar lo estilos de vida y proteger el ambiente, teniendo como base una formación en valores éticos, orientándola en una propuesta interdisciplinar bajo un enfoque global.
“La Educación Ambiental ha de orientarse hacia la comunidad. Deberá interesar al individuo en un proceso activo para resolver los problemas en el contexto de realidades específicas y debería fomentar la iniciativa, el sentido de la responsabilidad y el empeño de edificar un mañana mejor” [6, с. 9]
La educación ambiental debe actuar de manera interdisciplinar, actuando de acuerdo a las necesidades de determinada comunidad, exigiéndole al personal docente especializado en este campo, a influir tanto en la formación, como en la implementación de nuevos contenidos y nuevos enfoques pedagógicos, que tengan una formación que les permita elaborar métodos sencillos de investigación y evaluación con el fin de comprobar, de acuerdo a los objetivos propuestos, la eficacia de los distintos elementos o herramientas en el proceso educativo; como programas, material pedagógico, métodos, etc.).
La educación ambiental tuvo su origen en el ámbito de la educación no formal, en una época que se caracterizaba por cambios sociales, políticos y culturales de gran importancia para el mundo, cuando a finales de los años setenta y principio de los ochenta surgen las primeras experiencias impulsadas por grupos ecologistas que buscaban un cambio de conciencia en el ser humano.
La educación ambiental no formal deriva de la educación no formal, de la que Valdés citado por Bellido[7, с. 44], hace una definición muy certera señalando que: “es un proceso pedagógico, que no exige una rígida institucionalización, aunque precisa de una organización que garantice la aplicación consecuente de las principales categorías didácticas, como objetivo, contenido, métodos y evaluación; con espacios de socialización y debates. Ella, generalmente está dirigida a grupos sociales heterogéneos con diversos niveles culturales y etarios, con el objetivo de prepararlos, para que sean capaces de enfrentar problemas que afectan la sociedad”, de esta manera se concreta el propósito de la educación ambiental no formal, enfocándolos en el ambiente para el desarrollo social.
Es importante, aclarar que la Educación Ambiental no Formal permite una transmisión (planificada o no) de conocimientos, aptitudes y valores ambientales, fuera del sistema educativo institucional o formal, que conlleve la adopción de actitudes positivas hacia el medio natural y social, que se traduzcan en acciones de cuidado y respeto por la diversidad biológica y cultural, y que fomenten la solidaridad intra e intergubernamental[8].
De la misma manera, la Educación Ambiental no Formal conforma una estrategia para la participación ciudadana, porque lo que se pretende “es reconocer valores y abordar conceptos con el objeto de fomentar destrezas y actitudes necesarias para comprender y apreciar las interrelaciones entre el hombre, su cultura y el medio físico natural, donde se incluye su práctica social, y la propia elaboración de un código de comportamiento, relacionando la calidad del entorno inmediato con los sujetos implicados”[9]. De esta manera se pretende dar espacio donde se comparten diversos saberes, que se lleve a cabo una retroalimentación permanente del saber académico con el saber popular, así mismo permitirá la resolución de problemas ambientales presentes en las comunidades, que deben ser registrados, medidos y evaluados para asegurar su efectividad en resultados concretos.
El propósito de la Educación Ambiental no Formal es lograr estar enfocadas en una formación de conciencia y cultura conservacionista, que tenga como objetivos superar las fallas que afectan a diversos países, logrando así crear una conciencia en las familias, vecinos y en toda la comunidad, permitiendo así mejorar los niveles de calidad de vida. Los análisis de los proyectos a mencionar, tienen como propuesta un diseño de participación, donde por medio de la Educación Ambiental No Formal, se toman decisiones tomando como objetivo principal la problemática ambiental; así como a promover la comprensión del fenómeno; y sus repercusiones en la calidad de vida de los grupos humanos en sus relaciones con el entorno sociocultural, político y ecológico bajo un enfoque integral.
Hoy día la educación ambiental no formal se está implementando en diferentes grupos sociales y, por lo general, a escalas locales; sin embargo también es cierto que existen varios factores que no favorecen el desarrollo eficiente de procesos no formales en educación ambiental, como son la falta de claridad de los límites de una nueva visión ambiental del desarrollo sostenible; la escasa participación renovadora de las comunidades hacia el cambio; la consolidación limitada de grupos de presión ambiental locales y regionales, pasando por la apatía de los miembros de las comunidades para participar en procesos de Educación Ambiental no Formal, hasta el cumplimiento de programas en Educación Ambiental no Formal sólo como un requisito para alcanzar metas gubernamentales por parte de diferentes organizaciones[10].
Así se puede concretar que “la finalidad de la Educación Ambiental no Formal es pasar de personas no sensibilizadas a personas informadas, sensibilizadas y dispuestas a participar en la resolución de los problemas ambientales. Sin embargo, no podemos esperar que de la mera adquisición de información se derive necesariamente un cambio de conducta. Parece suficientemente demostrado que las relaciones entre conocimientos, actitudes y comportamientos no son causa-efecto, aunque sí se influyen mutuamente. Se debe, por lo tanto, planificar actividades específicas para trabajar las actitudes y los comportamientos[6, с. 26].
Recordemos entonces que la Educación Ambiental no Formal tiene unos objetivos concretos, de los cuales nos permiten y son guía para un adecuado enfoque a la hora de diseñar y ejecutar proyectos en determinadas comunidades. Asunción y Segovia los definen de la siguiente manera[11]:
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Fomentar la participación e implicación en la toma de decisiones, la capacidad de liderazgo personal y el paso a la acción. Entendemos la capacitación no sólo como adquisición de técnicas, sino también como compromiso de participación.
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Pasar de pensamientos y sentimientos a la acción.
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Promover la cooperación y el diálogo entre individuos e instituciones.
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Promover diferentes maneras de ver las cosas; facilitar el intercambio de puntos de vista.
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Crear un estado de opinión
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Preparar para los cambios
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Estimular y apoyar la creación y el fortalecimiento de redes.
3. Estudios de casos a nivel latinoamericano sobre proyectos de Educación Ambiental no Formal
MÉXICO. La importancia de la educación ambiental no formal en el medio rural: el caso de Palo Alto, Jalisco[12].
Palo Alto es una localidad que colinda con el área natural protegida de la Sierra de Quila, ubicada en el estado de Jalisco, que en su mayoría está conformada por bosques de pino-encino. El objetivo de este trabajo fue realizar un diagnóstico ambiental de las áreas naturales de la comunidad, utilizando la “Guía de análisis de impactos y sus fuentes en áreas naturales”.
Esta guía permite analizar la problemática de un sitio, identificar y priorizar los objetos de conservación, entendidos como “aquel atributo ecológico que da relevancia como área natural protegida al sitio seleccionado”.
El proceso analítico comenzó con una planeación de seis puntos para la identificación del impacto ambiental y sus fuentes; sin embargo, por la naturaleza del estudio se omitieron los dos últimos puntos ya que involucran estrategias de conservación y acciones específicas que van más allá del diagnóstico.
En el primer punto se identificaron los objetos de conservación y se fijaron las metas a alcanzar para los mismos.
En el segundo, se definió el marco ecológico y humano en el cual existen los objetos de conservación, es decir, el contexto ecológico ligado a las actividades humanas. Aquí se incluyeron los servicios ambientales del espacio natural, los servicios paisajísticos, además de las personas que usan los recursos naturales del área, la tenencia y explotación de la tierra, así como las actividades productivas y culturales.
En el tercero, se identificaron los impactos sobre los objetos de conservación y sus procesos ecológicos tanto como sus fuentes. En el cuarto punto se hizo una evaluación de la postura de los grupos o personas que utilizan los recursos naturales; esto se refiere a la cosmovisión que tienen los individuos respecto a los recursos y el uso que le dan a los mismos.
La información fue obtenida mediante la observación directa y entrevistas a los pobladores, con la finalidad de justificar la importancia de la educación ambiental no formal como una estrategia para disminuir el deterioro ecológico.
El propósito de este proyecto fue a través de un diagnóstico de la zona abstraer toda la información necesaria antes mencionada con ayuda de la “Guía de análisis de impactos y sus fuentes en áreas naturales[13]“, con el fin de poder conocer a fondo la problemática que se desarrolla allí, cabe mencionar que para ellos es de vital importancia lograr diseñar estratégicamente un enfoque pedagógico en las actividades vinculado con su forma de vida, cultura y relación con el ambiente, tomando en cuenta sus valores, principios y filosofías para que con base en ello llegue a ser significativo el resultado, lográndose los objetivos planteados. Para el diseño de estrategias de sustentabilidad, como se ha señalado, es importante identificar los atributos y funciones de los procesos sociales que interactúan con los ecosistemas.
Educación Ambiental no Formal para la Reconversión Agroecológica en la comunidad de San Andrés Tepetitlán, al sur del Estado de México[14]
El objetivo principal de esta investigación fue evaluar las experiencias de educación ambiental no formal para la reconversión agroecológica en la comunidad de San Andrés Tepetitlán. Para ello se implementó un proceso pedagógico y metodológico, apoyado de un análisis etnográfico, para la realización de talleres de educación ambiental referentes a la aplicación de técnicas agroecológicas, fue importante la utilización de técnicas para recopilar, sistematizar, divulgar y retroalimentar la información (escrita, visual y oral) sobre lugares, procesos y situaciones que se investigaron, con temas relacionados en áreas que los pobladores locales consideran que han sido afectadas y que son importantes para las actividades productivas. Se elaboró material didáctico para los talleres y se prosiguió con la aplicación de un cuestionario para evaluar los resultados previos y posteriores de la Intervención de Educación Ambiental no formal sobre el aprendizaje referente a la Agroecología.
Para llevar a cabo esta investigación fue necesario programar una visita para conversar con los comuneros, (población directa a la que va dirigido) en esa sesión se platicó con los agricultores de la temática de los talleres, las sesiones que lo cubrirían, los tiempos que se requerían y las prácticas de campo que se realizarían, a lo cual los participantes estuvieron en la mayor disposición de participar en estos talleres. Cada taller se manejó con diversas estrategias didácticas para complementar el aprendizaje de los agricultores de acuerdo a las necesidades halladas y a las temáticas que se establecieron reconociendo su entorno y necesidades.
Los talleres realizados en la comunidad de San Andrés, mostraron el conocimiento previo y posterior a implementar en el primer taller de reconversión agroecológica.
Los talleres se realizaron con el fin de conocer e implementar diversos temas de la agroecología, se visualizó la participación activa y constante de los asistentes, factor principal para que la educación ambiental no formal produzca beneficios a los agricultores.
VENEZUELA. Proyecto social educativo no formal: Centro de Adiestramiento para la Participación Ambiental C.A.P.A[5]
Este proyecto nace en el Sector el Paraíso, Parroquia San Francisco del Municipio San Francisco del Estado Zulia, el 16 de febrero del año 1997, como una alternativa de Educación Ambiental No Formal, conducido por los vecinos del sector, por las Prácticas Profesiones de la Escuela de Trabajo Social y los Programas de Extensión Extramuro de la división de Extensión de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad del Zulia.
El proyecto está dirigido a fomentar habilidades, destrezas y actitudes que promuevan una formación integral en todos los participantes del proyecto, que les permita actuar activamente en la protección, conservación, preservación, mejoramiento y defensa del medio ambiente. El proyecto social en cuestión, tiene como propuesta el diseño e implementación de formas de participación orientadas por la Educación Ambiental No Formal, para la toma de decisiones en cuanto a la problemática ambiental; así como a promover la comprensión del fenómeno; y sus implicaciones en la calidad de vida de los grupos humanos en sus relaciones con el entorno socio-cultural, político y ecológico; bajo un enfoque integral.
Este proyecto adopta la modalidad de intervención pedagógica denominada “Área de Transversalidad”, referidas a líneas de integración entre los objetivos, contenidos y principios encargados de salvaguardar las interrelaciones, entre las materias clásicas y la realidad propia de los contextos sociales.
La propuesta tiene como objeto el diseño e implementación de formas de participación ciudadana con vista a orientar a las personas en la toma de decisiones sobre la problemática ambiental y promover así la comprensión del fenómeno ambiental y sus implicaciones.
Esta propuesta busca ubicar:
• Las actitudes ambientales y en particular las responsabilidades individuales y colectivas en las luchas manifestadas por los vecinos a favor de su calidad de vida.
• Los conocimientos que se tengan sobre el medio (individual y colectivo) que conlleve a la comprensión de su realidad.
• Las destrezas y actitudes que posean los sujetos involucrados en dicha problemática.
• Las expectativas, intereses, motivaciones y grado de satisfacción en los logros alcanzados en base a sus luchas y experiencias.
• Aspectos críticos de la propia organización o empresa social.
• Desarrollo de las actividades propuestas.
La Pedagogía abordada en el Proyecto C.A.P.A., abarca una amplitud y variedad de problemas ambientales, cuyo propósito básico es propiciar e implicar en los diferentes grupos sociales formas de conciencia ambiental sobre los problemas que les rodean con el fin de tomar parte activa en su solución.
El proyecto social en cuestión, tiene como propuesta el diseño e implementación de formas de Participación orientadas por la Educación Ambiental No Formal, para la toma de decisiones en cuanto a la problemática ambiental; así como promover la comprensión del fenómeno; y sus implicaciones en la calidad de vida de los grupos humanos en sus relaciones con el entorno sociocultural, político y ecológico; bajo un enfoque integral. Así mismo no sólo tiene como propósito las necesidades básicas materiales, sino también a la adquisición de conocimientos, la de reconocimientos de actitudes, de conducta y afectividad. Reconocen que la Educación Ambiental, tiende a lograr cambios en los esquemas de valores, conocimientos, destrezas, experiencias y también la determinación que les permitirá actuar, individual y colectivamente en la resolución de los problemas eco-ambientales presentes y futuros, teniendo como finalidad una educación para la vida, una educación integral, de crecimiento como persona y con una posición de respeto para la naturaleza.
COLOMBIA. La Educación Ambiental en comunidades rurales y la popularización del derecho a la conservación del entorno natural: el caso de la comunidad de pescadores en la Ciénaga de Ayapel (Colombia)[15]
El objetivo general de la investigación fue analizar la popularización del derecho a la conservación del entorno natural como una estrategia para la educación ambiental de las comunidades rurales. Partiendo de una investigación cualitativa, se interpretó la realidad de los pescadores que subsisten de la pesca en la Ciénaga de Ayapel y se adoptó un enfoque metodológico desde el interaccionismo simbólico, el cual posibilitó explicar la problemática ambiental en la comunidad de pescadores y su relación con la conservación del recurso pesquero. Como técnicas para la recolección de la información se utilizó la observación directa en la Ciénaga de Ayapel y la conversación con 20 pescadores de la zona.
Se plantea el diseño de una propuesta de educación ambiental,
parte de la indagación sobre el concepto de conservación que posee la comunidad de pescadores en la Ciénaga de Ayapel. En esta medida, luego de la observación directa y la conversación con pescadores en la zona, se plantearon diferentes tensiones a tener en cuenta en la propuesta educativa. A partir de las vivencias y realidades observadas y caracterizar el entorno natural de la comunidad de pescadores en la Ciénaga de Ayapel (Colombia), se obtuvo como resultado de la investigación el diseñó de una propuesta educativa de popularización del derecho a la conservación del entorno natural articulada desde la pedagogía dialógica y la didáctica universitaria, en aras de posibilitar la sostenibilidad de los ecosistemas de la localidad, la identificación de prioridades para la gestión de los recursos naturales y la generación de procesos de identidad cultural frente al entorno.
La estructura de la propuesta se desarrolló a partir de cuatro momentos: motivación, a partir de la identificación del entorno natural; creación, en este momento se diseña una propuesta educativa a partir de las tres tensiones identificadas; vivencia, en este momento se abre el diálogo a partir del reconocimiento del universo vocabular, es decir, de recoger los vocablos típicos sobre el tema a poner en conversación con la comunidad y la evaluación, se valora con las comunidades la vivencia y qué tanto se apropiaron de los saberes compartidos en la experiencia de popularización.
Con los resultados y evaluado lo logrado, se pretende tomar futuras decisiones, es decir, ¿qué mantener?, ¿qué cambiar?, ¿qué dirección tomar?, ¿qué actitud tiene que asumir un popularizador ambiental? y cómo construir propuestas más pertinentes social y ambientalmente. Se concluye en esta investigación que la popularización del derecho es un aporte en relación a la educación ambiental en cuanto se parte de la idea de realizar procesos educativos enraizados en los contextos comprometidos con el ideal de una vida digna para todos.
De esta manera, a partir de la experiencia realizada en la comunidad de pescadores de la Ciénega de Ayapel, se definen las siguientes pautas para la elaboración de propuestas de popularización como estrategias para la educación ambiental y que pueden ser aplicadas en otras comunidades en zonas rurales:
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Partir de la identificación conjunta de la problemática ambiental local, regional, nacional y mundial, la gente del lugar debe estar consciente de las causas y consecuencias que traen consigo los problemas ambientales.
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Tener como eje central el proceso dialógico: para elaborar la propuesta de popularización como estrategia para la educación ambiental será necesario contar con la participación de un popularizador que involucre el universo vocabular y la prealimentación con las comunidades a partir de un proceso dialógico.
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Sistematizar y evaluar el trabajo realizado con las comunidades: la sistematización es una herramienta de las ciencias sociales que busca recuperar y difundir la experiencia críticamente con la intención de mejorar las experiencias futuras.
Además, plantean que también se deben potencias los siguientes aspectos en las comunidades: conciencia, conocimientos, actitudes y la participación.
PERÚ. Educación Ambiental no Formal y actitud hacia la conservación del medio ambiental de la población de C.P.M. Francisco Bolognesi de Tacna, 2016[5].
El objetivo fue determinar el efecto de la educación ambiental no formal en la actitud hacia la conservación medioambiental de la población del C.P.M. Bolognesi de Tacna en el 2016, estableciendo el efecto de la aplicación de la educación ambiental no formal en la actitud hacia la conservación ambiental.
El diseño fue cuasiexperimental intrasujetos, con una muestra de 33 pobladores, en el que se manipuló intencionalmente una o más variables independientes (causas o factores) para evaluar las consecuencias sobre una o más variables dependientes (efecto o variables respuestas).
Se utilizó un diseño de preprueba-posprueba con un solo grupo intrasujetos, en el que el grupo de unidades de estudio han pasado por todos los niveles del factor. Se evaluó antes del estímulo, la cual constituye un punto de referencia inicial para analizar el efecto del tratamiento y después del estímulo.
Los principales resultados, la puntuación promedio de la escala de actitud en la dimensión cognitiva, afectiva, conativa y puntuación total, después de la aplicación del estímulo fue superior en el grupo experimental respecto del control. Se concluye que la aplicación de la educación ambiental no formal, tuvo un efecto significativo (p: 0,001) en la actitud de los participantes.
El resultado obtenido mediante la prueba no paramétrica de prueba de rangos con signo de Wilcoxon a un nivel de 0,05, permitió evidenciar que la actitud hacia la conservación del medio ambiente después de la aplicación del estímulo difiere significativamente de la actitud antes del estímulo, en términos de favorabilidad.
CONCLUSIONES
Teniendo en cuenta los anteriores casos, se puede evidenciar que el proceso de formación, particularmente en las zonas rurales o comunidades campesinas, que la Educación Ambiental no Formal, es una herramienta indispensable para promover el vínculo de hombre – naturaleza, del que permite mitigar el impacto ambiental del resultado de las actividades realizadas en sus comunidades, teniendo como base los intereses propios y comunes, formando una sociedad con acciones ecoamigables y generando un desarrollo de sostenibilidad para cada población, de acuerdo a sus necesidades, cultura y valores formados, deseando que se vuelva un proceso continuo y permanente, haciéndolo parte de sus estilos de vida.
En su mayoría el objetivo del proceso educativo fue el empoderamiento del campesino, como resultado de la educación popular ambiental comunitaria, para que puedan enfrentar a la problemática ambiental, a partir de un cambio en el modo de pensar y actuar, sustentado en el desarrollo de actitudes de responsabilidad personal, de autonomía y de valores, como soporte de una transformación en la relación con el medio ambiente. Cambio favorecido porque se apoyó en la utilización consecuente de sus propios valores patrimoniales[3, с. 294].
Díaz Rojas Genifer, Estudiante de maestría, Universidad Federal de Kazán (Región del Volga), Rusia, desea agradecer al Docente Eduard Shuralev, candidato a doctor en ciencias, profesor asociado, Universidad Federal de Kazán (región del Volga), Rusia.
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